Buenas lectores.
Como pudieron apreciar, en la entrada anterior explicamos a rasgos generales
las visiones en contra y a favor del método acerca de la modificación de
animales transgénicos y sus diferentes usos. Mientras unos apelan a solucionar
problemáticas mundiales en el ámbito de la salud y la hambruna, otros
contradicen esta iniciativa basándose en la ética y la moral.
En Chile, a pesar
de que existan diversos organismos que luchan contra la aplicación de este
método, la opinión y postura política lo defiende. No tiene demasiado
desarrollo ni una práctica masiva, pero desde ya hace varios años que la
investigación y experimentación con animales modificados genéticamente se está
llevando a la práctica en diversas instituciones y laboratorios. Esto lo pone
en evidencia el Instituto de investigaciones Agropecuarias (INIA) del
Ministerio de Agricultura nacional el cual plantea abiertamente sus proyectos
para fomentar la transferencia genética en animales y así aumentar la
producción para mejorar la economía agropecuaria. En su página oficial señala
que la transferencia tecnológica para aumentar la eficacia en el sector
agropecuario busca contribuir a la competitividad, sustentabilidad social,
económica y ambiental de este. Para explicar mejor ello especifican: “la
investigación y transferencia tecnológica sólo tienen sentido en la medida que
respondan de manera eficaz a la demanda sectorial, generando conocimientos y
tecnologías validadas que puedan ser adoptadas por el sector agropecuario con
resultados positivos”. Incluso, la Institución ha participado en diversos
congresos he iniciativas internacionales donde intercambian y exponen ideas en
torno a la modificación genética en el sector agropecuario. Uno de estos fue el
39° Congreso de la Sociedad Chilena de Producción Animal (Sochipa) que se
trasladó hasta la sede de la Universidad Católica Argentina, realizado en
octubre del 2014 y en el cual participaron diversos especialistas en el tema. “En
total se presentaron más de 580 resúmenes de trabajos científicos, de los
cuales a pesar de lo que implica viajar hasta otro país, el 14% provenía de diferentes instituciones académicas y
científicas de Chile, con más de 80 trabajos. De ellos, el 27% correspondía a
autores del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, INIA de Chile”, explicó
Christian Hepp, investigador y coordinador nacional del Programa de Sistemas
Ganaderos de esta institución, quien destacó la participación de sus colegas
chilenos. Este congreso da cuenta de la postura política a favor que asume
Chile.
Tomando en cuenta
lo anterior y a partir de la investigación realizada por el grupo a lo largo de
la realización de este blog, nos hemos visto más convencido y atraídos por este
método concluyendo que estamos a favor políticamente, pero en la parte ética
tenemos nuestras dudas. Creemos que el objetivo principal de la modificación
genética basado en la finalidad de experimentación e investigación para obtener
resultados y nuevas soluciones a las problemáticas de la salud es esencial para
un progreso en esta materia en el futuro. Si estos estudios se llevan a cabo de
manera seria y dedicada, como se ha realizado en algunos casos que ya
informaremos en entradas posteriores, se podrían conseguir diversas
alternativas para las principales enfermedades que afectan a la población
mundial animal. Las cifras nos han convencido contundentemente, con la
experimentación de algunos pocos animales se pueden salvar en un futuro miles
más. Ya se han obtenido resultados y avances que asombran al mundo de la
biotecnología. Teniendo en cuenta la ganancia que nos podrían facilitar estos
experimentos y sus esperados resultados, encontramos que vale la pena sin lugar
a duda arriesgar animales para salvar a millones más. Además, no se han habido
otras alternativas que permitan y entreguen la garantía de conseguir resultados
que demuestren un avance en la salud, por lo que estaríamos sin soluciones para
graves enfermedades sin cura que atacan a la población mundial durante más
tiempo. Si no se experimenta antes, no podremos aplicar después. Por otra
parte, el segundo propósito más importante en el que se usa el método de
modificación genética en animales es para el aumento de producción alimenticia.
En este sentido nos mostramos en desacuerdo por dos diferentes razones. En primer
lugar, han existido casos que demuestran que algunos productos transgénicos a
partir de animales y llevados a la venta, han producido efectos secundarios en
el cuerpo humano que lo consume. A pesar de que son pocos, si esta modificación
genética no se hace responsable y seriamente, no se puede llevar a cabo. En
segundo lugar, creemos que la solución a los problemas de hambruna en el mundo
no son por la gran cantidad de humanos que ha aumentado en los últimos tiempos,
sino que la verdadera alternativa a esta problemática es la mejor distribución
de recursos alimenticios en el mundo. Según el sitio web,
accioncontraelhambre.org, que lleva las cifran mes a mes de la situación de
hambruna mundial y los diferentes casos que se presentan en torno a este tema, 1
de cada 6 personas está fuertemente amenazadas por el hambre y aclara que la
producción agrícola en todo el mundo podría abastecer al doble de la población
que lo habita. En definitiva, 870 millones de personas padecen de hambre por la
mala distribución de recursos.
En conclusión,
abalamos la idea de la modificación genética para la obtención de fármacos y
avances en materia de salud, pero para la sobreproducción de productos
alimenticios no. En este último caso, lo único que se genera es aumentar aun más
la brecha de desigualdad entre ricos y pobres, pero para el primero
consideramos esencial este método si queremos un desarrollo próspero y sin amenazas.
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